miércoles, 10 de junio de 2009

La fábula del conejo y del lobo



Érase una vez, en tiempos inmemoriales, en un bosque muy grande con árboles inmensos, un conejito que vivía tranquilamente en su madriguera. Salía cada día para mirar los árboles y las ardillas.
Cerca de este bosque, había un pueblo de cazadores...
Una mañana cuando comenzaba a reír la primavera, mientras el conejo bueno caminaba solo entre las flores, oyó un ruido seco y...
Una jaula le cayó encima. Tres humanos vinieron para recoger la jaula, la llevaron hasta su casa y los otros humanos les aclamaron.
Así pasó el tiempo, le daban hierba al conejo por la mañana y por la noche, encerrado en una jaula. Estaba triste y desesperado, sólo podía mirar los niños correr riéndose alrededor de él. Y, bien sabía que, un día, los humanos le matarían para comerlo...
Por eso, cuando una mañana una humana le salió de la jaula cuchillo en mano, resistió de todas sus fuerzas... sin efecto.
En este momento crítico, un lobo surgió y aulló. A la humana le sorprendió la presencia del lobo y soltó el conejo. El lobo le agarró de las orejas y huyó corriendo.
Cuando estuvieron bastante lejos, el lobo depositó a nuestro conejo en la hierba fresca y se fue...
Sin comer al conejo.
Sin hablar al conejo.
Se fue...
Atónito, el conejito no pudo moverse durante un momento. Luego, feliz, volvió a su madriguera y vivió bien, desconfiando de los humanos. Había aprendido que no debía fiarse de las apariencias.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

Bastien 2°4

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